La Capilla de la Tierra fue diseñada para ser interpretada libremente por el orador. No pretende imponer una lección de espacio, al contrario, invita a adueñarse del mismo dependiendo del momento, del clima, la luz y el tiempo.

Desarrollada por el equipo de Cabrera Arqs / Enrique Cabrera Arquitecto y construida por el equipo de Baspul, Tierra de Emociones, La Capilla de la Tierra se encuentra en el límite del anteriormente mencionado complejo habitacional en el Estado de Yucatán.

Sin querer imponer un hito religioso que fuese parte del desarrollo y si un punto de encuentro para todos los residentes, la Capilla se mimetiza, desaparece del paisaje

inmediato actuando como un elemento limítrofe entre dos sistemas territoriales. La Capilla es ecuménica, nace del deseo del desarrollador para darle servicio a la comunidad conformada por miembros de diferentes creencias religiosas. Está destinada a ser un lugar de reflexión, silencio y oración, además de tener un contacto intrínseco con la naturaleza regional.

Construir es un verbo que suele estar asociado a erigir volúmenes cuando, en realidad, también puede utilizarse para generar vacíos y espacios. La Capilla de la Tierra se acomoda dentro del hueco de una falla excavada en el complejo residencial, una zanja infinita que nos muestra que debajo de la superficie urbanizada de asfalto y riegos automáticos todavía existe la roca primitiva de las entrañas de la corteza terrestre.

Como parte del proceso de transformación que conlleva descender a un templo subterráneo, la vegetación nos acompaña en este cambio a través de un viaje desde la civilización hasta el corazón de la selva. 

La extensión de la parcela queda tapizada por una manta de césped, excepto las dos oquedades que genera la brecha de la capilla.


Una plaza nos recibe a la entrada de la rampa y unas pequeñas líneas de arbustos nos indican que es posible que algo suceda a partir de ese momento. Una vez que nos decidimos a cruzar el gran arco de hormigón y comenzamos la bajada por la pendiente, nos escoltan dos alineaciones de árboles —conscientes de la solemnidad del recorrido— hasta el oratorio. 

Dentro, el musgo y alguna trepadora aventurera enmarcan el trocito de selva que crece sobre la lámina de agua del altar, haciendo referencia a los cenotes de la región, y nos traslada a un lugar cada vez más lejano a la superficie. 

Premios y Reconocimientos

Premio Península 2020, categoría: Lúdica

Mejores proyectos del 2020 Archello

Construcción del año 2021, categoría: Arquitectura Religiosa

Ganadora del Premio Obra

CEMEX 2022 Edificación México

Medalla de Oro de la XIV Bienal de Arquitectura Yucateca

Ganadora del Premio Obra CEMEX 2022 Edificación Internacional

Mención de Honor en la XVII Bienal Nacional de Arquitectura Mexicana

Obra Nominada MCHAP.emerge 2022

1°er Lugar Espacio Público Premio Firenze Entremuros

Finalista Premio

Noldi Schreck 2020

Trato Directo

Mérida, Yucatán, México

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